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Monday, May 18, 2009

¿Es útil la Psicología educativa? - Luis Esteban Pérez Villanueva

Introducción:

Hablar de psicología de la educación o psicología educativa, en realidad, es hablar de dos ciencias aparentemente incompatibles que unieron fuerzas para estudiar un elemento compartido: el desarrollo del individuo. La enciclopedia Británica (2009) define la psicología como una “disciplina científica que estudia la conducta y los procesos mentales de los humanos y otros animales.” La misma enciclopedia define la educación como la “disciplina que trata con métodos de enseñanza y aprendizaje en escuelas”. Al unirse forman el estudio “sistemático y experimental de la conducta del ser humano que sirve cuando el individuo está inmerso en procesos de enseñanza aprendizaje” (Domínguez, 2007) Cabe mencionar que es una disciplina en parte aplicada y en parte experimental cuya finalidad es la optimización de la educación. (Británica, 2009)En realidad, la psicología educativa no es una ciencia nueva. Ya Pestalozzi en el siglo XVIII creó un método educativo en el que el niño “observa, investiga, actúa más que aprende, experimenta más que estudia.” (Hernández, 2007, p. 25). Elementos que aún hoy se siguen en las disciplinas psicopedagógicas con el nombre de métodos de descubrimiento. Por ese tiempo, Herbart señalaba la necesidad de fundamentar la educación en la ciencia psicológica. Aunque no sería sino hasta el siglo XX cuando se hable de psicología y educación en un mismo contexto, de hecho W. James señalaba que ambas eran inseparables y Dewey afirmaba específicamente que la educación debía fundamentarse en la psicología. El mayor acercamiento a la psicología educacional fue el de la “pedagogía científica” al apoyarse esencialmente en conocimientos acerca del hombre derivados de la psiquiatría y la psicología, aún nuevas en ese tiempo (Abbagnano, cit en Hernández, 2007).

Pero ante la existencia de áreas como la pedagogía misma es importante plantearse una pregunta: ¿Es útil la psicología educativa? En este ensayo se pretende analizar la utilidad o inutilidad de esta rama de la psicología en el mundo moderno, así como su perspectiva en el futuro cercano. Dicho análisis se hará desde la perspectiva de las principales ramas de la psicología que participan en la educación, es decir, la psicometría, el psicoanálisis, la psicología social y la psicología del desarrollo.

Desarrollo:

“La psicometría es uno de los aspectos con el que más se ha identificado al psicólogo escolar” (Hernández, 2007, p. 31) y, en efecto, puede tener múltiples funciones dentro de la educación. La psicometría permite hacer una evaluación oportuna de las aptitudes, del tipo y el grado de inteligencia, de la personalidad y, con una perspectiva psicoanalítica, de posibles conflictos y problemas personales, así como la influencia de estos elementos en el proceso educativo. Esta evaluación permite a los maestros y a quienes elaboran los programas de estudio de las instituciones adelantarse a las necesidades de los alumnos y ofrecerles una educación que les sea adecuada en su totalidad.

La psicología del desarrollo y el psicoanálisis son también de gran utilidad para la educación “La psicología del educando constituye un aspecto relevante de la propia psicología evolutiva que se transforma en psicología educacional” (Hernández, 2007) es decir que es importante entender el proceso de maduración individual para poder enseñar elementos que correspondan al entendimiento del individuo. O como lo dice Pedro Hernández (2007), “los procesos evolutivos son relacionados con los contenidos, tareas y métodos educativos”. Para este mismo autor, la importancia del psicoanálisis como parte de la psicología educativa radica más en el plano de la educación de la personalidad que en el de la instrucción. La psicología educativa puede sacar gran provecho del psicoanálisis al poder prever a tiempo, incluso corregir, problemas cognitivos o de la personalidad del alumno que pudieran derivarse de lo que Hernández (2007) llama motivaciones profundas e inconscientes. Al tener claras estas motivaciones, es posible crear un sistema de enseñanza que permita alejarse de ellas y así liberar al educando del contexto para el que ha generado “medidas de defensa ajenas a su naturaleza.” (Hernández, 2007, p. 29).Estas dos ramas de la psicología estudian individuos para mejorar su desempeño educativo, pero la educación se da casi siempre en contextos sociales. Y es ahí donde entra la psicología social; de hecho Judd (cit. En Hernández, 2007) estaba convencido de que la educación descansa plenamente en los principios de esta disciplina. La psicología social es de gran utilidad para la educación en lo relativo al manejo de grupos, el diseño de programas y actividades y otros aspectos de la planeación educativa y del desarrollo de clases.

Como puede verse, la psicología en sus distintas ramas es útil a la educación de muchas maneras y en muchos casos su aplicación ha resultado fundamental para el desarrollo de la educación y sus métodos. No podría decirse que la psicología sea inútil de alguna forma en la educación. Uno de los problemas que enfrenta la psicología educativa en la actualidad es que, como dice Hernández (2007) con respecto a la psicometría, se ha llegado al abuso y a la mitificación, al punto de hacer de la mediación un fin en sí mismo o incluso a considerarla como un dogma.

El abuso de la psicometría se vuelve en su contra y termina por convertirla en algo que resulta inútil en la práctica educativa. “Tradicionalmente, se ha otorgado un peso excesivo al poder de la inteligencia en lo que atañe al rendimiento”, mientras que hoy es necesario también prestar atención a “indicadores orgánicos y ambientales” (Hernández, 2007, p. 31). Si bien es cierto que la psicometría permite cuantificar el grado de aptitud del estudiante y servir como una gran referencia para el proceso educativo, muchas escuelas la han convertido en su único indicador. Esto, poco a poco, la ha hecho perder cierta credibilidad y alejarse del verdadero objeto de la psicología educativa.

Hoy en día, muchas escuelas consideran como prioritarios los aspectos psicológicos y psicométricos en su proceso de aceptación de estudiantes, sacrificando otros indicadores del desempeño. Incluso, en muchos casos, todo el proceso de preparación de clases gira en torno a la psicología sacrificando algunos aspectos de contenido y disciplina que también son fundamentales. Es en estos casos cuando lejos de ser útil, la psicología educativa se convierte en un elemento limitante para la educación.

Conclusión:

Ya entrado el siglo XXI y con el acelerado avance de la tecnología de la información, la psicología educativa será, sin duda, fundamental en el proceso educativo. Las aptitudes e inteligencias mensurables cambian día con día, al igual que los intereses, las prioridades, las necesidades y las problemáticas sociales de los alumnos. Hay nuevos procesos cognitivos que toman la tecnología como punto de partida, y sólo la psicología educativa puede ayudar a la pedagogía a entender dichos procesos y a adaptarse a los cambios necesarios.

Retomando la pregunta inicial, ¿es útil la psicología educativa? Sin duda alguna. Sin embargo, es de suma importancia que no se pretenda darle un peso como si fuera el elemento central de la educación olvidando que, en realidad, es parte de un sistema colaborativo con otras disciplinas. El siglo XXI es un tiempo de sinergias y la educación no debe ser la excepción. La fusión de la educación con la psicología es y será fundamental para mejorar el desempeño educativo de los estudiantes. Al fin y al cabo, como ya se dijo, el objetivo de la psicología educativa es el rendimiento académico independiente de los avances culturales y tecnológicos.

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